martes, 13 de abril de 2010

EL SABIO ESPAÑOL



Biografía de don Jorge Juan y Santacilia



Nació el cinco de enero del año de 1713, en Novelda, provincia de Alicante.

Realizó sus primeros estudios de gramática latina en Zaragoza, pasando a los doce años a Malta, para recibir el hábito de la orden de San Juan de Jerusalén.

A su regreso a España y entró a formar parte de la compañía de guardiamarinas del departamento de Cádiz en el año de 1729. Pronto asombró con su talento a sus profesores y compañeros, sobre todo en el estudio de la astronomía, cosmografía y navegación, tanto como de las ciencias matemáticas relacionadas con la marina. Sus compañeros le llamaban Euclides, por su gran afición a estas ciencias.

Durante el año 1731 realizó varias campañas de corso contra los moros y berberiscos y participó en la escuadra que condujo al infante don Carlos –más tarde Carlos III- a Nápoles. Asistió a la famosa expedición contra Orán en el año de 1732, cuya flota estaba al mando del general don Francisco Cornejo yendo de brigadier de guardiamarinas en el navío Castilla, cuyo mando ostentaba don Juan José Navarro.Ese mismo año estuvo también presente en la escuadra que dirigía don Blas de Lezo y que estaba encargada de evitar la llegada de refuerzos turcos, que habían sido pedidos por los de Orán, con la intención de recuperar la plaza. Con este general participó en las acciones de la ensenada de Mostagán y, cuando regresaban de esta acción a la península, enfermó y tuvo que ser desembarcado en Málaga. Hasta el propio Lezo fue atacado por los problemas gastrointestinales.

En el año de 1734, cuando aún no contaba con veintiún años y siendo guardiamarina, fue elegido junto a Antonio de Ulloa, para formar parte de una comisión científica que, enviada por el rey de Francia Luis XV, había de ocuparse de la medición del meridiano en las cercanías del ecuador y de rectificar la verdadera forma del planeta Tierra.

Durante once años estuvieron en América dedicándose a los trabajos científicos, a la revisión de las defensas y organizando la tropa y su reglamento.

Desde el año de 1742, estuvo de guardacostas al mando de la fragata Nuestra Señora de Belém, por las costas de Chile y la isla de Juan Fernández.

De regreso a España en el año de 1745, Jorge Juan viajó a París, donde dio conferencias de sus experiencias en la expedición a América.

Fue ascendido a capitán de navío y en 1748 fue enviado al Reino Unido, por encargo directo de don Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, para estudiar el método de construcción naval empleado por los británicos.
Al regresar a España, corrigió los defectos, a su entender de la construcción isleña, saliéndole uno mucho mejor que el copiado, tanto mejoró el sistema, que a su vez fue copiado, por los copiados. Por orden real se le puso al frente de la construcción en los arsenales de El Ferrol y Cartagena.

Llegó a tanta la fama de Jorge Juan, que recibió consultas para multitud de obras, incluso civiles, siendo las hidráulicas de las que más, los útiles mejores en las minas de Almadén con provecho de la salud de los trabajadores y un considerable aumento del Erario, beneficio de minas, liga y afinamiento de monedas, dirección de canales y riegos, ya sobre materias científicas y de su profesión.

Fue tanta su fama que en toda Europa era conocido por “El sabio español”.

En el año de 1754 se le encomendó la compañía de guardiamarinas, mejorando sus estudios, escribiendo para los alumnos el “Compendio de Navegación”, en la que se relaciona como resumen claro y elegante de cuánto había adelantado la navegación hasta aquella época, siendo esta obra de obligado aprendizaje, manteniéndose durante muchos años como ejemplo de libro de texto, pero además se preocupó de dotar mejor a la escuela, con mejores maestros y los medios más apropiados.

Como sabio en las ciencias, consiguió se le autorizase a construir el Observatorio, para mejorar la aplicación de estas en los estudios de los guardiamarinas y mejorar las mediciones. Más tarde éste Observatorio fue trasladado a la Isla de León hoy San Fernando.

Con el afán de seguir la investigación, aprender y enseñar, fundó en el año de 1755, en Cádiz, en su propia casa, una reunión de personas afines, donde todos los jueves se reunían para dialogar sobre astronomía, historia, navegación, geografía, física, higiene y cuestiones militares, que se le tituló “Asamblea Amistosa Literaria”. En una de aquellas reuniones, leyó Jorge Juan una memoria, que sirvió de fundamento para realizar la obra más célebre “Examen Marítimo”, que posteriormente tanta fama le dio y le siguió a su posteridad.
En el año de 1766, hallándose otra vez en Cádiz, después de una larga alternativa en comisiones y viajes, se le mandó volver a Madrid, para fijar allí su residencia; pero cuando ya estaba dispuesto a realizar el viaje, recibió una nueva orden, se le había nombrado embajador de España ante el Sultán de Marruecos. Su misión fue de seis meses y medio, llevó al Sultán ricos presentes por real orden, entre ellos a doscientos ochenta y cinco esclavos moros y turcos, lo que facilitó el entendimiento, resolviendo gran cantidad de asuntos complejos, pero con tanta satisfacción, que justificó la confianza depositada por el Gobierno.

Terminada su misión, regresó a Madrid en el mismo año, continuando con su tarea de científico, y por orden Real se ocupaba de revisar y asesorar, a todas las secretarías del despacho y por el Supremo Consejo de Castilla.

El Rey le nombró director del Real Seminario de Nobles, tomando posesión del cargo el día veinticuatro de mayo.

Muchas naciones le contaron como miembro de sus sociedades científicas, siendo académico de las Reales Sociedades de Londres y Academias de las Ciencias de París y Berlín; y consiliario de la Española de San Fernando.

Falleció de un ataque epiléptico a los sesenta años de edad, siendo el deceso el día veintiuno de julio del año de 1773. Sus restos reposaron algún tiempo en una de las bóvedas de la parroquia de San Martín, en la Corte, para ser luego trasladados a la capilla de Nuestra Señora de Valvanera, que fue destruida por los franceses en su invasión en 1808.


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viernes, 9 de abril de 2010

Lawrence Washington

Lawrence Washington (1718-1752), hermanastro del que fue el primer presidente de Estados Unidos, George Washington. Se casó con Anne Fairfax (1728-1761), hija del coronel Guillermo Fairfax de Belvoir, que era un agente de tierras a las órdenes de su primo, Thomas Fairfax, 6º señor Fairfax de Cameron.
Lawrence partició en expediciones contra el Imperio Español en América, estando presente en los ataques contra Cuba y Panamá. También combatió contra Blas de Lezo al mando de 4000 colonos voluntarios de Virginia y 1000 macheteros jamaicanos, bajo las órdenes del almirante inglés Edgard Vernon. Participó, pues, en la Guerra de la Oreja de Jenkins, en la que las tropas españolas infringieron una severa y humillante derrota a las tropas inglesas, que no pudieron conquistar Cartagena de Indias. En honor de “Old Grog” decidió llamar Mount Vernon a la plantación que tenía en Virginia. Al morir sin sucesión su hija, la propiedad pasó a su hermano George.
Lawrence murió de tuberculosis en el año 1752.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Lawrence_Washington"

LA BURLA NEGRA

LIBRO RECOMENDADO.



Editorial: Absalon ediciones
Fecha de edición: 03-2008
415 páginas
Precio: 20 €
En 1830, un grupo de hombres acusados de actos de piratería fueron ahorcados en Cádiz mientras su cabecilla, el pontevedrés Benito de Soto, esperaba idéntica suerte en una angustiosa prisión de Gibraltar. Todos ellos, protagonistas de una aventura marítima sin igual que se desarrolla en tres continentes distintos, se llevaron a la tumba uno de los más desconcertantes misterios de la historia de Cádiz del siglo XIX.
Los autores, F. Javier Castro y Enrique G. Luque han aunado esfuerzos para narrar, apoyados en numerosos datos reales, una de las aventuras más apasionantes que se puede encontrar en el panorama literario. Con una excelente argumentación y un ritmo frenético, se presenta esta novela, con sorpresa final incluida, que será difícil de olvidar.

EL CAPITÁN MORGAN


El Capitán Morgan y su banda de bucaneros invadieron y saquearon las ciudades de Portobello, Chagres y Panamá, sembrando el terror entre los españoles desde el Atlántico hasta el Pacífico. Quién hubiera creído que el hijo de un simple agricultor de Lllanrhymney, en Gales, nacido en 1635, fuera a convertirse en todo un Sir Henry Morgan. Este fiero bucanero puso a sus pies a todos los españoles colonos del Panamá.
El Capitán Morgan comenzó sus andaduras en el Nuevo Mundo como un obrero, que en realidad, junto a los indios y los negros, más que un obrero, se consideraba un esclavo. No es de extrañar que estos hombres, cuando fueron puestos en libertad sin dinero, no tenían ninguna razón como para respetar a sus amos. Les tocó vivir un mundo duro donde la supervivencia era el único medio. En muchos casos se llegaron a convertir en piratas buscadores de botines. Y así fue como se inició la vida en el mar de Morgan.
A pesar de que los franceses, portugueses, holandeses y británicos tuvieron comercios con el Nuevo Mundo, ninguno de ellos pudo rivalizar con el poderío español y su influencia. Esto se dio sobre todo en lo que hoy es Panamá. No es de extrañar entonces que el Gran Canal de Panamá se construyera precisamente aquí.
Debido a consideraciones geográficas, el oro cosechado en la costa del Pacífico podría ser fácilmente transportado a través de la división continental. Allí, en el puerto de Portobello, podría mezclarse con la ruta del oro de la costa atlántica, sobre todo la que venía desde Perú, embarcarse en los buques, y ser llevado sin más hasta España.
En esas estábamos cuando Morgan pasó a formar parte de la banda del Capitán Edward Mansvelt. Al comprobar Mansvelt la destreza de Morgan, lo subió rápidamente de categoría, hasta convertirlo en vicealmirante. Fueron encargados de tomar la isla de Curazao para los ingleses. Pero Mansvelt tenía otras ideas. Con 15 barcos y 500 hombres, saquearon la isla de Santa Catalina, convirtiéndose en los auténticos Piratas del Caribe, aunque sin mucho que parecerse a la romántica versión de Jack Sparrow.
Pero esta asociación se rompió pronto. Mansvelt murió en extrañas circunstancias y dejó a Morgan el control de la nave. Tras ocho incursiones en la ciudad cubana de Puerto del Príncipe para atiborrarse de dinero, Morgan puso su mirada en Portobello, un puerto flanqueado por fuertes murallas. Un asalto directo no parecía una idea muy prudente, por lo que el plan trazado fue desembarcar a un lado de la ciudad.
La primera de las fortalezas de Portobello fue tomada por sorpresa, y la segunda de ellas con un poco más de esfuerzo. Después de saquear la ciudad venezolana de Maracaibo y Santa Catalina, Morgan fijó en su mente Ciudad de Panamá. Pero para llegar hasta allí debería antes conquistar la fortaleza de Chagres.
La batalla fue feroz, pero los piratas se llevaron la victoria, pudiendo seguir por tierra hasta su primer objetivo. En la mañana del 18 de enero de 1671 comenzaron las hostilidades. Los piratas eran menos numerosos, pero la caballería española se vio obstaculizada por las tierras pantanosas y los hombres de Morgan tomaron ventaja en la lid. Las tropas españolas se replegaron en desorden y los piratas invadieron pronto la ciudad y la saquearon, cumpliendo con su objetivo.
Henry Morgan regresó a la Jamaica británica sólo para descubrir que, en su ausencia, un tratado de amistad con España le había convertido en un criminal. Fue llevado a Gran Bretaña para ser juzgado, pero una vez más la suerte estuvo de su parte. El tratado perdió su vigencia, y volvió de nuevo a Jamaica para convertirse en el teniente gobernador de la isla caribeña., Henry Morgan fue uno de los primeros en demostrar que el crimen, a veces, no se paga. Murió en Lawrencefield, Jamaica, el 25 de agosto de 1688.