miércoles, 17 de agosto de 2011

DÍA DE PESCA



Tres generaciones.



La pesquera -nótese la palometa del desafío-.


Ayer, día 16, tuvimos una jornada intensa. J.J. -"El Capitán"-, su hija Raquel, su nieto Pablo y yo, salimos a navegar en el "Raquelina"sobre las 10:30 de la mañana rumbo a la posición 240º. El objetivo, la pesca de la caballa. Tras salir del Guadalete nos dirigimos a Puerto Sherry para que viesen las réplicas de la nao "Victoria" y la de un gran galeón que se encuentran atracados muy próximos al pantalán de espera. De allí, el "popeye" -piloto automático- nos llevó al lugar señalado y empezamos la pesca. No se nos dio muy bien. Sólo 10 caballas y una palometa (5 caballas Pablo y 5 yo, la palometa marcó la diferencia y quedamos que al año que viene llevaríamos a cabo el "partido" de vuelta -Pablo vive en Canarias-. Al ver que ya no picaban más, recogimos las cañas y regresamos hacia "La Puntilla" para bañarnos (bueno, Pablo y Raquel). Tras el chapuzón, volvimos al Náutico y "pa casa". Jornada inolvidable inmortalizada en las imágenes de arriba.

lunes, 15 de agosto de 2011

CHIPIONA

Navegando con el "popeye" puesto.

Flota artesanal de Chipiona.

El famoso faro romano de la localidad.

El barco en el pantalán de espera.



Esperando las huevas a la plancha.





Imágenes de recuerdo.




El sábado realizamos una travesía digna de mención: El Puerto de Stª Mª- Chipiona y vuelta. Salimos sobre las 11 de la mañana y, tras llegar a la boya del "Quemao", sacamos un pequeño refrigerio y pusimos rumbo a "Salmedina" y, de allí, al puerto de Chipiona. Fuimos a motor, pero con la mayor desplegada para ganar algún nudo más -la velocidad era de 7,3 más o menos-. Al llegar a Chipiona atracamos en el pantalán de espera y nos fuimos a comer a "Casa Paco". Bastante bien casi todo. Tras un poco de tertulia, nos dirigimos a repostar, con tan mala fortuna que se partió la cadena del tapón del depósito y éste cayó al fondo del mar. Tapamos la abertura lo mejor que pudimos y salimos de vuelta con viento favorable de poniente por lo que, decidimos navegar a vela exclusivamente. Poco tiempo pudimos hacerlo. El viento amainó y nos vimos obligados a quitar el génova y encender el motor. La mar estaba bastante tranquila y la navegación fue espléndida. Sobre las 10 de la noche atracamos en El Puerto. Una singladura para recordar.