ESTANCIA DE BLAS DE LEZO EN LA BAHÍA DE CÁDIZ (1ª PARTE)
Blas de Lezo y Olabarrieta había nacido el 3 de febrero de 1689 en Pasajes de San Pedro –hoy Pasaia- localidad próxima a San Sebastián y fue bautizado tres días más tarde en la iglesia de San Pedro Apóstol. Era el 4º de 10 hermanos-los Lezo fueron 7 hermanos y 3 hermanas-. Su padre, Pedro de Lezo y Lizárraga se había casado a los 17 años con Agustina de Olaberrieta y Ubillos, que contaba 25.
Como era costumbre entre la burguesía vasca , fue enviado, casi con toda seguridad, a Bayonne (sur de Francia) para formarse con los jesuitas. De allí, pasó a la escuela de guardiamarinas de Rochefort que había sido fundada en 1683, junto a las de Brest y Toulon y dirigidas académicamente, también, por los mismos religiosos, hasta su expulsión en 1762.
En España, la Guerra de Sucesión al trono español iniciada en 1701 se recrudece y, tras la Batalla de Almansa, en 1707, las tropas borbónicas vencedoras experimentan un gran avance, a la vez que se dedican a la represalia, al saqueo y a la destrucción. (Xátiva, por ejemplo).
Tras participar en algunos acontecimientos bélicos de la citada Guerra, Blas vuelve a Rochefort, en la fachada atlántica francesa, donde se le encarga la misión de guardacosta, hasta que decide volver a España.
Blas de Lezo, que ya lleva la pata de palo como consecuencia de haber perdido la pierna en la batalla de Veléz Málaga en 1704 y está tuerto fruto de una herida producida en la batalla del fuerte de Santa Catalina en Toulon, en 1706, llega a Cádiz en 1711. Ya se han producido los afamados, pero controvertidos episodios del HMS “Resolution” y del “Stanhope” y el joven Lezo, que ya es capitán de fragata, viene con la intención de incorporarse a la Armada española, muy mejorada en los últimos años.
La ciudad de Cádiz era en los primeros años del XVIII una fortaleza, con algunas zonas despobladas y con calles estrechas, tortuosas y sucias (ver imagen superior). Su población rondaba ya los 34.000 habitantes, pese a haber sufrido un descenso demográfico por la guerra, por una epidemia acaecida en 1709 y por la escasez de alimentos en 1709 y 1710.
La Guerra de Sucesión continúa y, en 1712, Blas pasa a formar parte de la flota del Mediterráneo al mando de la cual se encontraba el gaditano Andrés del Pez. Este famoso marino se había distinguido en acontecimientos de la mencionada guerra, además de haber sido almirante de la Flota de Barlovento, en el Caribe, y más tarde, Capitán General de la Flota de Indias. Gracias a su mediación, Blas es ascendido a capitán de navío encomendándole el mando del “Campanella” (de 54 ó 70 cañones), bautizado más tarde como “Nuestra Señora de Begoña”.
En 1714, Lezo, con 25 años, sufre una nueva herida en el asedio a Barcelona. Esta vez en un brazo, lo que le acarrea la parálisis del mismo.
En 1715 participa en la conquista de Mallorca y, tras realizar un viaje al Caribe para traer plata, en diciembre de 1716 se embarca como segundo comandante de Bartolomé de Urdinzu en el navío Lanfranco con el que participa en una expedición dirigida por el corsario francés Jean Nicol Martinet hacia los mares del Sur. Encuentran numerosas dificultades en la singladura del Cabo de Hornos y Urbizu y Lezo, con gran mofa de los franceses que han logrado pasar, tienen que regresar a Buenos Aires en marzo de 1717. Allí permanecen hasta enero de 1718, año en el que intentan, de nuevo, acceder al Pacífico. El intento fracasa y Martinet, con sangrante ironía, escribe al Primer Ministro Giulio Alberoni diciéndole que, ningún marino español sería capaz de cruzar el Cabo de Hornos. Por fin, en 1720 arriban al puerto del Callao.
Blas permanecería en Perú hasta su vuelta a España en 1730. De nuevo será la ciudad de Cádiz su lugar de residencia hasta que, en 1736, decide venir a vivir a El Puerto de Santa María (C/Larga, 72). A partir de este año, la vida de D. Blas y de su familia dará un giro inesperado…pero esto, es otra historia.