Naufragios de la “Armada Invencible” II. Los pecios de la escuadra de Portugal
Publicado por Javier Noriega el jun 24, 2013
Ves aquí a grande máquina do mundo, etérea e
elemental, que fabricada assi foi do saber, alto e profundo (…).Luis de
Camoes. Os Lusíadas, X, 80.
No se lo que piensan de my; sino que
soy de yerro o de piedra; y en verdad, que aunque calló, que ando tan
cansado que presto han de ver que soy mortal como los demás”
Felipe II, en conversaciones privadas con Mateo Vázquez
Felipe II, en conversaciones privadas con Mateo Vázquez
Felipe II ordeno aprestar la escuadra en Lisboa el 12 de Febrero de 1586. Dos años antes de su partida. Logró reunir 130 barcos y 19.000 soldados en Lisboa, junto a 300 embarcaciones menores. La bandera expedicionaria en esta misión divina, se realizo con toda la pompa y boato que requería el 25 de Abril. El 9 de Mayo se realizaba en Lisboa una revista general de la flota. Sorprende muchísimo que el monarca no estuviera presente. Desde su austero despacho en El Escorial, imbuido en su rutina diaria, misericorde, contable y escribana.
Todo estaba preparado. al menos todo lo que dió tiempo hasta la fecha
elegida. Los gastos. Incalculables. La economía se desangra en Flandes,
además del gasto del mantenimiento del Imperio. A esto hay que sumar la
nueva partida, para la nueva cruzada. Y en cuestión de números el rey
prudente hacía mil cálculos. Incluso los hacía a puño y letra al margen
de los documentos oficiales que la tesorería le suministraba. Eran miles
de caudales diarios en el gasto de aquella armada. Pero era “designio
de Dios”, y llevaban años planeandola.
El 28 de Mayo de 1588, el duque de Medina Sidonia levantaba
anclas, y toda su poderosa flota navegan imponente por la ribera del
tajo. Tal como nos narra Parker, ” el mundo contuvo la
respiración”. El San Juan de Portugal, modernísimo y construido en 1586,
considerado como “el barco mejor armado de toda flota” hacia gala y
honor de Portugal. Hace 426 años zarpaban desde el puerto de Lisboa la
Grande y Felicísima Armada de Felipe II con el propósito de invadir
Inglaterra, destronar a Isabel I, y eliminar su apoyo a las provincias
holandesas rebeldes. Eran varias escuadras las que formaban aquella
flota de la cristiandad. La que analizamos hoy es la que daba nombre a
la tierra de partida. La de Portugal. Esta se integraba en un principio por ocho galeones y dos navíos menores. Y este es su nhistorial. Tras el
esfuerzo que requiere la Felicisima Armada, se hace aumentar los navíos
y en seis meses la escuadra suma doce galeones al mando directo del marqués de Santa Cruz. Tras dar de baja por antigüedad y mal estado los galeones “San Lucas” y “San Rafael”, en el último momento, el galeón “San Francisco” del duque de Florencia
se agrega a la formación, siendo por tanto ultimada la escuadra de
Portugal por doce navíos. Sus bordas y hombres de la mar estaban
acostumbrados en buena medida a las aguas del Atlántico. Esto les sería
de gran ayuda posteriormente en la misión de la “Inglaterra”. Tras
diferentes suertes, combates, valentías y revueltas, tres fueron los
naufragios acaecidos en la presente escuadra; la de los galeones San Filipe, San Marcos y San Mateo. Tres historias. Como siempre que acaece un trágico desenlace. Estas son sus historias. Todas las comenzamos desde el trágico desenlace de los brulotes de Calais, donde comienza a fraguarse la tragedia.
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